17 de diciembre de 2011

Ximena Navarrete defiende su título de Miss Universo aún sin su corona

La modelo tapatía asegura ser una persona trabajadora, apegada a la lucha contra el VIH/sida y que busca levantar la imagen de los mexicanos

Nota del editor: Este es un fragmento de la entrevista que dio Ximena Navarrete a la revista Quién; fue publicada en la edición de la primera quincena del mes de diciembre de 2011.

¿Cómo te sientes después de entregar la corona de Miss Universo?
Estoy muy feliz de todo el trabajo que he realizado en el último año. La verdad, ha sido una experiencia enriquecedora, aprendí mucho y empecé a valorar muchas cosas. Han surgido oportunidades increíbles a partir de que gané Miss Universo, ser embajadora de L’Oréal es una de ellas; cuando me invitaron a participar fue un superhonor para mí, yo creo que no hay mejor marca que te pueda invitar a ser parte de su familia. Estoy muy, muy feliz de haber tenido la oportunidad de llevar el nombre de México a muchos lados.
¿Por qué usas esa cadena? (En referencia a una cadena dorada con una letra equis que mantuvo en sus cambios de ropa)
Es un regalo que me hicieron: cuando entregué la corona, regresé a Nueva York por una semana y media, entonces la gente que organiza Miss Universo me hizo una fiesta sorpresa y Paula Shugart, presidenta de la organización, me regaló este collar, es una equis, de Ximena. Me lo dio así, con una notita que decía: “Para la mejor Miss Universo que hemos tenido. Con mucho cariño, te vamos a extrañar”.
¿Fue difícil ser Miss Universo?
No. La verdad es que no.  Fue un gran cambio y fue difícil el momento de aceptar y asimilar todo lo que estaba pasando, pero me acostumbré bien rápido. Yo tuve una muy buena experiencia, hice relaciones de amistad y de mucho cariño con la gente del concurso, ellos también se convirtieron en mi familia.

¿Qué planes tienes?
Ahora lo que pienso hacer es seguir como embajadora de L’Oréal; es algo que me ha abierto muchas puertas y muchos viajes, como el que hice a Cannes; yo creo que esa es una de mis principales metas, pero también se han ido presentando diferentes proyectos. Estoy viendo cuál es el que más me va a convenir, cuál es el que voy a tomar.
Firmé un contrato con Trump Model Management, una agencia de modelos de Nueva York muy reconocida y muy importante; últimamente he estado trabajando con ellos.
También estoy haciendo algunas cosas de conducción, no soy una experta en nada de eso, y si decido dedicarme a la actuación primero tomaría algunas clases para saber más, para tener herramientas. No soy de las que se avientan sin saber nada, yo creo que el que haya sido Miss Universo no significa que ya vaya a cantar o a actuar. Tengo experiencia en el modelaje y un poco en conducción, entonces es en eso en lo que, por ahora, puedo desempeñarme.
¿Cómo es ser ex Miss Universo?
Realmente no eres ex. Eres Miss Universo de tu año, es como si alguien estudiara algo y por no desempeñarlo se volviera exarquitecto o exabogado. El título siempre va a estar ahí, yo soy Miss Universo 2010. Uno se gana con tanto esfuerzo esto, que el 'ex' viene de sobra. Cada año hay una Miss Universo distinta y a mí me gusta aclararlo: Yo soy Miss Universo 2010.
¿Cómo ves el futuro?
Siempre me ha gustado irme paso a paso. Yo creo que una persona cambia todo el tiempo y, por ello, siempre tiene aspiraciones nuevas. Creo que es bueno ir visualizando poco a poco, ir dejando todo en manos de Dios. Obviamente, uno debe trabajar, esforzarse, buscar las cosas, ir tomando las decisiones adecuadas y aprovechar las oportunidades.
Me veo trabajando, como una mujer exitosa, como una mujer que sigue llevando el nombre de México en alto, en donde esté; me veo formando una familia, me gustaría mucho tener hijos, me encantan los bebés, también me veo trabajando en actividades sociales.
¿Qué causas te mueven?
Yo me involucré mucho con las personas que viven con VIH, esa es la causa de la que sé más y con la que quiero seguir trabajando.
¿Cómo te involucraste en la lucha contra el sida?
Tomé muchos cursos para aprender sobre el VIH; el primero fue una semana después de la coronación, con Aid for aids. Esta organización fue con la que trabajé principalmente; hice viajes especiales para visitar a personas que viven con VIH y me llevé muchas sorpresas.
Mucha gente cree que si tienes VIH te vas a morir, pero no es así. En la actualidad ya no existe eso; si uno sabe pedir ayuda, tocar las puertas que uno tiene que tocar, la historia es diferente, es muy probable que ni siquiera te enteres que conoces a alguien que vive con VIH.
¿Cuál es el mejor consejo que has recibido?
Que nunca olvide de dónde vengo y quién soy, que siempre tenga los pies bien puestos sobre la tierra y que nunca me olvide de mis raíces, de los que son importantes en mi vida a fin de cuentas. Siempre tengo presente algo que me dijo un amigo: “Nunca dudes de ti y así la gente no dudará de ti”.
Es algo que yo apliqué y que me sirvió para el concurso, aunque mucha gente dijera: “¿Cómo va a ganar una mexicana? Va a ganar la de Venezuela”, o la de alguno de los países que siempre ganan. Yo creo en eso, si no dudas de ti, la gente nunca te verá como una persona insegura.

¿En qué crees?
Yo creo en Dios. Soy una persona católica y de fe porque es lo que me han inculcado. Estudié en el Instituto Veracruz y, después, en el Cervantes Costa Rica, que es marista.
Siempre he sido una persona apegada a Dios. En esta vida, hay que tener fe para todo.
¿Cómo quieres que la gente piense de ti?
Como una mujer que trabaja. Mi propósito inicial cuando gane el Miss Universo era probar que las mujeres mexicanas podemos desempeñar bien cualquier papel, cualquier actividad, y que podemos hacer bien las cosas, muchas veces la gente no tiene esa idea de los mexicanos.
Eso quería demostrar: así es como a mí me gusta que la gente me vea, como alguien a quien le gusta hacer bien las cosas, que no es perfecta, que tiene sus errores, pero que intenta hacerlo bien.

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